Escrache al Destacamento de Inteligencia 101 de La Plata
A 38 años del golpe genocida estuvimos en las calles de La Plata y Capital con los organismos de DD.HH. independientes repudiando la impunidad de ayer y de hoy.
En La Plata fuimos a escrachar el edificio del Destacamento 101 de Inteligencia, y todo lo que simboliza.
A través de lo que la Memoria popular pudo reconstruir en todos estos años de lucha contra la impunidad, sabemos que después del golpe el Ejército genocida realizó una zonificación del territorio del país, para llevar adelante la represión. En ese esquema, la ciudad de La Plata y su zona de influencia pertenecía a la Zona 1 (Comando del Primer Cuerpo del Ejército) - Subzona 11 - Área 113. En esa Subzona 11, y desde esta sede de La Plata, pero también con subsedes en San Nicolás, Mar del Plata y Junín, actuó la Inteligencia militar.
INTELIGENCIA MILITAR: aquella de la que fue parte en dictadura el general Cesar Milani, hoy jefe del Ejército por decisión del gobierno.
INTELIGENCIA MILITAR: aquellos represores que cumplieron un rol central, pero que forman una mínima porción de los 470 condenados en estos años de juicios.
INTELIGENCIA MILITAR: una frase contradictoria en sí misma, para mencionar a una institución a la que no le cabe otra definición que la de asesina del pueblo.
Sabemos que este lugar comenzó a funcionar como parte del esquema global de la represión del Terrorismo de Estado desde octubre del '75, es decir desde antes del golpe de Estado del 24 de Marzo del '76. Sabemos que si bien todas las agencias del Estado fueron parte de la represión, hubo una hegemonía del Ejército, al que se subordinaban tanto las fuerzas policiales provinciales, como las federales de Gendarmería y Prefectura.
Y sabemos que según las propias directivas del Consejo de Defensa, y como lo han reconocido varios jerarcas del genocidio, la actividad de inteligencia fue prioritaria en el plan sistemático de secuestros, torturas y desapariciones. Y de allí que, si el Ejército llevaba el mando, y la inteligencia era prioritaria, los Destacamentos de Inteligencia actuaban como las unidades operativas principales a la hora de ejecutar el plan represivo.
Aquí se reunía información. Según los propios manuales militares “información exacta, racional y reciente” para desplegar la acción de los grupos de tareas. Destacamentos como este fueron comandados por personal militar especialmente entrenado en los cursos de la llamada Escuela Francesa. Y además fueron integrados por personal civil de inteligencia (conocido como PCI), que infiltraban escuelas, universidades y fábricas; y además interrogaban a los secuestrados y eran guardias en los Centros Clandestinos.
Desde diciembre pasado se está juzgando a 16 represores de este Destacamento, como parte de los crímenes cometidos en el CCD “La Cacha”, en un juicio fragmentado, incompleto y tardío. Pero los jefes de este lugar, los coroneles Ricardo Campoamor y Alejandro Agustín Arias Duvall, murieron impunes antes de llegar al juicio. Y otros importantes represores de este lugar, como Ricardo Von Kyaw y Teodoro Gauto continúan prófugos fuera del país y no se dignan a extraditarlos. La realidad nos indica que a 10 años de reabiertos los juicios, decenas de agentes de este Destacamento ni siquiera están procesados.
En el juicio por “La Cacha” tuvimos que soportar las mentiras de varios de esos represores que actuaban acá. El jefe de la sección “Reunión Interior” de este Destacamento, Pedro Palavezatti, reconoció que sólo en esa sección había no menos de 80 represores; y quiso desligar a “La Cacha” de este Destacamento, como si no formaran parte del mismo esquema represivo.
También en el juicio, el Personal Civil de Inteligencia Claudio Grande, que se quiere hacer pasar hoy como un respetable veterinario de la ciudad, quiso hacernos creer que acá sólo hacían tareas administrativas, resúmenes de prensa o correo entre distintos órganos de inteligencia.
Muchos testimonios de familiares y sobrevivientes en el Juicio por la Verdad y en las audiencias del juicio por “La Cacha” nos cuentan la verdad sobre lo que acá se hacía:
El traslado de los detenidos en los Centros Clandestinos desde y hacia este lugar, como parte de las tareas de la “Comunidad Informativa” de la represión.
El engaño a que sometían a los familiares cuando venían a este lugar a preguntar por sus desaparecidos, y les decían que no sabían nada o que estaban bien cuidados, o que los tenía otra fuerza.
Y la utilización de este espacio como lugar de control de los compañeros liberados, para que vinieran a reportarse ante el control militar de su libertad.
A 38 AÑOS DEL GOLPE FUIMOS A SEÑALIZAR Y ESCRACHAR ESTE EDIFICIO.
Este edificio, que en los '70s pasó de manos privadas al Estado, que dirigió desde el pleno centro de la ciudad la represión en dictadura, que estuvo décadas abandonado, y que pasó desapercibido para la mayoría de la sociedad qué era lo que aquí se hacía. Hoy venimos a señalizarlo.
Pero no de la manera hipócrita con que lo hace el Estado, desde sus secretarías, sus placas y su desidia. Transformando a los ex centros clandestinos en Museos del Horror, como se quiere hacer en la ESMA, o haciendo con estos predios negociados inmobiliarios, como pasa en el BIM 3.
Venimos con la movilización popular, para dejar en este lugar una marca.
Una marca que le cuente a toda la sociedad que en este lugar se planificó el genocidio, y que la mayoría de los represores que aquí actuaron continúan impunes.
Como decimos siempre
SI NO HAY JUSTICIA HAY ESCRACHE,
Y EL ESCRACHE LO CONSTRUIMOS ENTRE TODOS.
POR LA MEMORIA DE LOS QUE YA NO ESTÁN
Y CON LA LUCHA DE TODO EL PUEBLO.
HIJOS LA PLATA