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lunes, 9 de mayo de 2011

SANTA FE › LA JUSTICIA FEDERAL DESPROCESO AL EX JUEZ FEDERAL DE SANTA FE, VICTOR MONTTI.

Ahora el jefe de Brusa es inocente

Había sido procesado por falsedad ideológica y encubrimiento por omisión de denunciar torturas a detenidos en la última dictadura militar. Pero ahora, la Cámara lo desprocesó por todos los cargos al considerar que las denuncias no fueron probadas.


Por Juan Carlos Tizziani,

Desde Santa Fe

La Cámara Federal de Rosario revocó el procesamiento del ex juez federal de Santa Fe, Víctor Manuel Montti y dictó su "falta de mérito" por todos los delitos de lesa humanidad que pesaban sobre él, entre ellos los "apremios ilegales" al ex diputado justicialista Orlando Barquín, la omisión de denunciar tormentos que padecieron otros dos presos políticos, Roberto Cepeda y José Villarreal y negarle asistencia médica a Cepeda. En un fallo dividido, la Cámara exculpó a Montti por falta de pruebas, al considerar que Cepeda incurrió en "numerosas contradicciones", Villarreal dejó "dudas" en su relato y los dichos de Barquín "carece de credibilidad". Los tres se toparon con Montti en los centros clandestinos de la dictadura, entre ellos la comisaría 4ª, lo denunciaron durante 30 años y recién pudieron llevarlo a juicio cuando cayeron las leyes de impunidad y la causa avanzó a pesar de la excusación masiva de jueces y conjueces -hasta que quedó en manos del abogado Ricardo Lazzarini y una supuesta "cosa juzgada" que protegía a Montti desde 1984, dictada por el ex juez federal Héctor Trippichio, quien lo benefició con el sobreseimiento sin siquiera indagarlo.

En el juicio al ex juez federal Víctor Brusa y a otros cinco represores, uno de los denunciantes, Francisco Klaric, dijo que Montti integraba la "patota judicial" de la dictadura. El jefe era el ex juez federal Fernando Mántaras, activo colaborador de la represión que murió impune. El número dos y secretario penal, Montti. Y el otro ladero, Brusa, ya condenado a 21 años de prisión por "apremios ilegales" en ocho casos. En la escala jerárquica, Montti era el superior de Brusa, después asumió como juez federal Nº 2 de Santa Fe (entre setiembre de 1983 y octubre de 1984), más tarde se radicó en la provincia de Santa Cruz y se jubiló como fiscal general en Mar del Plata.

Montti había sido procesado el 12 de marzo de 2010, cuando Lazzarini lo consideró "penalmente responsable" de cuatro delitos de lesa humanidad: "falsedad ideológica", "encubrimiento por omisión de denunciar" las torturas a Cepeda y Villarreal, "omisión de auxilio" a Cepeda y "apremios ilegales" a Barquín, todos en "concurso real". Pero ahora, la Cámara lo desprocesó por todos los cargos y dictó su "falta de mérito" al considerar que las denuncias no fueron probadas. La resolución se adoptó en un pleno de la Cámara por cuatro votos a favor (José Toledo, Elida Vidal, Edgardo Bello y Carlos Carrillo) y la disidencia Fernando Barbará, quien votó para que se confirme el procesamiento y se rechacen los agravios de la defensa. La sexta camarista Liliana Arribillaga está apartada de las causas de lesa humanidad.

En la sentencia de 15 fojas, la Cámara comparó los relatos de Cepeda, Villarreal y Barquín que constan en la causa: algunos, aportados hace 35 años en expedientes que armó la dictadura para perseguirlos, en 1976 y 1977. Otros, en el arranque de la democracia, en 1984, o ante el Consejo de la Magistratura de la Nación, en 1999, en el jury que terminó con la destitución de Brusa. Y por último, los que brindaron en 2003 y 2007, en la investigación a Montti. Y en los tres casos, la conclusión de la Cámara fue la misma: la mayoría consideró que las denuncias contra el ex juez no estaban probadas y por lo tanto, lo benefició con una "falta de mérito". Barbará fue el único que votó por confirmar el procesamiento.

Según la Cámara, de los testimonios de Cepeda "surgen numerosas imprecisiones", Villarreal dejó "dudas" que "impiden tener por probado los hechos atribuidos" a Montti y los dichos de Barquín "carecen de credibilidad" para procesar al imputado.

Barquín acusó a Montti de obligarlo a firmar una declaración arrancada bajo torturas en un centro clandestino y judicializada por Mántaras, en un expediente que es la prueba de la infamia. Es un papel que lo obligaron a firmar a punta de picana torturadores del Ejército que dependían del jefe del Area 212. "Me volvieron a decir que firmara y al negarme, me colocaron un paño especial dentro de la capucha que me provocaba de acuerdo con el control que hacían un estado de asfixia, en forma intermitente. Igualmente me quemaban el pecho con cigarrillos y fósforos, reconozco la voz del oficial que antes me había interrogado, finalmente, sometido por los castigos y casi desvanecido, paralizado todo el cuerpo lo que hace que me revise un médico, firmé"", dijo Barquín.

La Cámara se preguntó entonces "cuál podría ser la declaración que Montti le quiso hacer firmar" a Barquín "si la única existente se encontraba firmada y fueron explicadas por el testigo las circunstancias de esa firma. Por el contrario, la existente en la causa judicial, donde intervino Montti y que corresponde a una fecha posterior a la prestada ante el Area 212 es una rectificatoria de aquélla, y a la vez, ratificatoria de la primera prestada en el Juzgado, por lo cual no se presenta como probable que Montti lo hubiera amenazado para que firme una declaración ya firmada (o sea, la del Area 212)", agregó el tribunal.

"En síntesis, carecen de credibilidad los dichos del testigo y sobre esa base no puede afirmarse la probable comisión de hecho ilícito alguno. Por lo expuesto, corresponde revocar el procesamiento y dictar auto de falta de mérito respecto a Víctor Montti", concluyó la Cámara.

El ascenso de Víctor Brusa



El abogado Rodolfo de Aguirre era secretario del Juzgado Federal de Santa Fe hasta que el ex juez Fernando Mántaras lo echó del cargo. En el juicio a Víctor Brusa, en 2009, De Aguirre relató cómo operaba Mántaras y su grupo. "Mántaras era un personaje nefasto, un nazi", dijo. El otro secretario del Juzgado era Víctor Montti y Brusa operaba como "sumariante" en las causas con detenidos políticos. "Mántaras era pro milico y yo no. Decía que había que pensar con la cabeza y no con el corazón. Él decía que había que apretar", explicó De Aguirre.

¿Mántaras lo echó por negarse a apretar? le preguntó el fiscal Martín Suárez Faisal.

No dije eso. Dije que yo discrepaba con su forma de pensar, sobre el apriete. A Montti no lo iba a echar, si eran del mismo pensamiento.

¿Por qué Mántaras no lo iba a echar a Montti? insistió la jueza Andrea Creus.

Porque pensaban igual- contestó De Aguirre.

Fuente: Rosario 12, domingo

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