NO AL 2x1 - Basta de domiciliarias a los genocidas! * SI NO HAY JUSTICIA... HAY ESCRACHE * A dónde vayan los iremos a buscar!

jueves, 26 de mayo de 2011

La Lucha que nos parió... el programa de HIJOS La Plata

Este Sábado 28 de Mayo a las 14hs. en radio Universidad FM 107.5

Escuchanos por Interent www.lr11.com.ar

- Apoyamos el pedido de reconocimiento del caso Arruga como delito de lesa humanidad. Entrevistamos a Vanesa, hermana de Luciano

Ponete en tema:

http://www.youtube.com/watch?v=L1lIsIRZjSA

http://www.youtube.com/watch?v=XaF3CkgW3D0

- Crímenes de lesa humanidad antes de la dictadura. La causa Trelew, las posibilidades que abre.

http://www.youtube.com/watch?v=Sq_zgqMe3UM

- A 42 años del Cordobazo recordamos al sindicalismo clasista de los '60 y su legado.

http://www.youtube.com/watch?v=VyJJw6Q9Lro


LA LUCHA QUE NOS PARIÓ

Sábados 14hs. Por FM Universidad 107.5 mhz

Escuchálo en vivo por internet: www.lr11.com.ar

Repetición

lunes 21hs. FM Futura 90.5 Mhz (radiofuturalaplata.blogspot.com)

Contactos: laluchaquenosparió@hotmail.com

hijos_laplata@yahoo.com.ar

www.hijosprensa.blogspot.com

En Facebook y Twitter: Hijos La Plata

SEGUIR LEYENDO [+]

CHILE: A ese bello lirio despeinado. RONALD WOOD

Ronald Wood era un joven universitario, el año 1986 tenía 19 años y cursaba el 2ª año de la carrera de Contador Auditor en el Instituto Profesional de Santiago -actual Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM)- . Vivía en Maipú en el sector de 4 Álamos. Soñaba, como muchos jóvenes en los 80, con un Chile Popular, sin dictadura. El 20 de Mayo de 1986 en el contexto de la realización en Santiago de la Asamblea Mundial de Parlamentarios para apoyar la salida a la democracia en Chile, Ronald junto a miles de estudiantes y jóvenes, repletaron el centro de la ciudad, exigiendo el término de la dictadura de Pinochet. Ronald estaba en el puente Loreto, en las cercanías del Museo de Bellas Artes, cuando una patrulla militar disparó al grupo que se encontraba protestando. Una bala se alojó en su cabeza. Desde ese día muchas personas comenzaron a pedir para que se recuperara, todas las noches la capilla de 4 Álamos se llenaba para rezar por Ronald, los estudiantes del IPS, los jóvenes de Maipú y todo Chile se conmovió por este joven, que luchaba por sobrevivir. El viernes 23 de mayo, los tambores de la radio Cooperativa sonaron más fuerte que nunca... la voz de Sergio Campos dijo “...acaba de fallecer Ronald Wood, queremos expresar nuestras condolencias a familiares, amigos y compañeros...”


A ese bello lirio despeinado.

Quizás, sería posible rescatar a Ronald Wood entre tanto joven acribillado en aquel tiempo de las protestas. Tal vez, sería posible encontrar su mirada color miel, entre tantas cuencas vacías de estudiantes muertos que alguna vez soñaron con el futuro esplendor de esta impune democracia. Al pensarlo, su recuerdo de niño grande me golpea el pecho, y veo pasar las nubes tratando de recortar su perfil en esos algodones que deshilacha el viento. Al evocarlo, me cuesta imaginar su risa podrida bajo la tierra. Al soñarlo, en el enorme cielo salado de su ausencia, me cuesta creer que ya nunca más volverá a alegrarme la mañana el remolino juguetón de sus gestos.

Porque sería lindo volver a encontrar al Ronald en aquella comuna de Maipú donde yo le hacía clases de artes plásticas en la medialuna yodada de los setenta. Y él no estaba ni ahí con el arte, güeviando toda la hora, derramando la tempera, manchando con rabia la hoja de block, molestando a los más ordenados. Mientras yo trataba de enseñar el arte prehistórico, mostrando diapositivas. Mientras yo le daba con el arte egipcio, mostrando láminas de pirámides y tumbas faraónicas. Y el Ronald, insoportablemente hiperkinético, aburrido con mi cháchara educativa, lateado, estirando las piernas de adolescente crecido de pronto. Porque era el más alto, el pailón molestoso que no cabía en esos pequeños bancos escolares. El payaso del curso, que me hacía la clase un suplicio, rayándose la cara, riéndose de mi discurso sobre la historia del arte. Hasta que llegué al arte romano, al arte militar del imperio. Entonces, por primera vez, lo vi atento, mirando con asco las esculturas de esos g enerales, los bustos de esos emperadores, y los bloques de ejércitos tiranos. Por primera vez se quedó inmóvil escuchando, y yo aproveché esa instancia de atención para meter el discurso político, riesgoso en esos años cuando era pecado hablar de contingencia en la educación. Y el Ronald tan atento, participando, ayudándome en esa compartida subversión a través de la ingenua asignatura de las artes plásticas. Y luego, al terminar la clase, cuando todo el curso salió en tropel a recreo, al levantar la vista del libro de asistencia, el único que permanecía sentado en la sala era Ronald en silencio. ¿Y usted qué hace aquí? ¿Que no escuchó la campana del recreo? Y él sin decirme nada, me miró con esos enormes ojos castaños, estirándome la mitad de su manzana escolar, como un corazón partido que sellaba nuestra secreta complicidad.

Desde aquel día, ese bello despeinado, no se perdía palabra de mi oratoria antimilitar. Oiga profe, me decía para callado, hay que hacer algo pa que se acabe la dictadura. Algo estamos haciendo Rony, no se acelere. Mientras tanto, usted tiene que estudiar, dar el ejemplo, y no andar quebrando los vidrios de la inspectoría, ni menos hacerle muecas a la directora. ¿Me entiende? Y allí, en medio del patio pajareado de niños, lo dejaba pensando, rascándose la cabeza rubia que brillaba como una flama limona esas lejanas mañanas de cristal, a fines del setenta.

Poco tiempo me duró esa estrategia de concientizar por medio de la historia del arte. Por ahí algo se supo, alguien escuchó, y sin mediar explicación tuve que abandonar las clases en esa comuna. Nunca más vi a Ronald Wood, jamás supe que pasó con él en los crispados años que vinieron. Nunca me enteré si también lo habían expulsado de ese colegio, al igual que a mí.

Solamente el 20 de Mayo de 1986, me llegó la noticia de su asesinato en medio de una manifestación estudiantil en el Puente Loreto. Ese día, recién me enteré por la prensa que Ronald estudiaba para auditor en el Instituto Profesional de Santiago, que tenía apenas 19 años esa tarde cuando una maldita bala milica había apagado la hoguera fresca de su apasionada juventud. Ahí también supe que había agonizado tres días con su bella cabeza hecha pedazos por el plomo dictatorial.

Aun así, por muchos años creí reconocer su risa en las bandadas de estudiantes que alborotaban el parque, las plazas, el río y la tarde primaveral. Creo que hasta hoy no me convenzo de su fatal desaparición, y lo sigo viendo florecido en el ayer de su espinilluda pubertad. Tal vez nunca logre borrar la sombra de culpa que me nubla el recuerdo de sus grandes ojos pardos, aquellos lejanos días de escuela pública cuando me regaló en su mano generosa, la manzana partida de su rojo corazón.

Pedro Lemebel

SEGUIR LEYENDO [+]

La FULP anunció escraches, cortes de calle y movilización.

Jueves 26.05.11

Piden juicio a docentes vinculados a la dictadura
La FULP en pie de lucha

Cortes de calles en simultáneo en las cuatro sedes del comedor universitario, una posterior movilización para el próximo 2 de junio y un escrache a todos los docentes de la Universidad Nacional de La Plata que tengan probada su vinculación con la dictadura militar, son algunas de las medidas que decidió llevar adelante la Federación Universitaria de La Plata (FULP), tras una asamblea interfacultades que tuvo lugar en Humanidades, y de la que, según la FULP, participaron unos 200 estudiantes.

Además de las reivindicaciones estudiantiles, la Federación se hará eco de reclamos ligados con cuestiones que exceden a la Universidad, como el rechazo a la construcción de la autopista en el Parque Pereyra Iraola, proyecto criticado por los vecinos.

Los miembros de la FULP no ahorraron críticas a la Franja Morada y a la Juventud Peronista por faltar a la convocatoria, y calificaron de “teatraleros” a los miltantes del PO y el PTS por “aislarse sin propuestas”.

RECLAMOS. Además de lo que consideran el “ABC” de los reclamos (ocupación completa del Albergue, Boleto estudiantil y universal, y Comedor –a un peso y el turno noche), la FULP elevará a los distintos Consejos Directivos; órganos de gobierno de las facultades, el pedido de aval al proyecto de Boleto Universitario que, como adelantó Diagonales, busca que el pasaje en los micros urbanos cuesten la mitad del valor vigente para los estudiantes regulares de la Universidad.

Además, la asamblea decidió impulsar espacios de debate por facultad que contengan como temática la Ley de Educación Superior, los procesos de acreditación y reforma de planes de estudio.

Además, ampliarán la convocatoria a organizaciones de Derechos Humanos y a la Multisectorial La Plata, para encabezar los escraches a docentes de la UNLP con algún vínculo a la dictadura militar, y solicitarán a los 17 Consejos Directivos que les realicen un juicio académico a los involucrados.

Fuente: Diagonales

SEGUIR LEYENDO [+]

Intervención del doctor Marcelo Viñar en la presentación del libro “Los padres de Mariana”



Para Mariana Zaffaroni...
Intervención de Marcelo Viñar* el 11 de mayo de 2011 en la presentación del libro:

Los padres de Mariana.
María Emilia Islas y Jorge Zaffaroni: la pasión militante de François Graña (Ediciones Trilce, 2011)
http://www.trilce.com.uy/libros_online.html

Cuando hace unas semanas Pablo Harari y Brenda Bogliaccini me contactaron para pedirme que integrara esta mesa (lo que mucho me honra), yo estaba sumergido en otros temas y sabía que no tendría el tiempo necesario pra estudiar el libro y pensar la intervención.
Además, qué puedo decir yo de pasión militante si siempre he sido un pacifista impenitente, un empedernido opositor de la lucha armada –no sé cuánto por convicción y cuánto por miedo a la violencia y a la muerte–, y en las épocas candentes de la lucha siempre dije no (aunque un no vacilante) a las múltiples e insistentes propuestas para reclutarme.
Los editores me daban la libertad de rechazar la propuesta, pero era una negativa que no podía pronunciar. En la vacilación, dos evocaciones y un hecho inclinaron la balanza, y me convencieron de mi decisión de estar hoy aquí.
Primero fue una evocación de la lectura de Primo Levi. Ustedes saben que en su largo periplo de retorno a su hogar en Italia, desde el campo de concentración nazi, relata que tenía una pesadilla recurrente y repetida. Soñaba que al llegar a su hogar, luego de abrazar a sus seres queridos, tenía necesidad de contarles sus penurias y sufrimientos en el campo, y estos, en vez de escucharlo, se alejaban evasivos e indiferentes… y entonces, allí, el sueño se volvía una horrible pesadilla. Y yo no quiero tomar los lugares de estos parientes fríos, indiferentes y ajenos.
El segundo argumento me lo brindó Pablo Harari cuando me dijo: «no es necesario que comentes el libro, otros lo harán, hablá sobre la transmisión entre generaciones, que es propio de tu oficio». Pido entonces disculpas a François y a Mariana por este deslizamiento de enfoque al tema principal, o central de hoy. Si se enojan, háganlo con Pablo.
Es un tema que he estudiado bastante y sé poco porque mucho se ignora sobre la trasmisión psíquica entre generaciones. Estoy aquí, pues, como tío postizo de Mariana, lejano en la genealogía pero muy próximo en las convicciones y en las peripecias de Mariana en su indagatoria.
El tercer argumento fue la evocación de la historia de vida del doctor E. R., un colega y amigo de los no pocos que nos acogieron y acunaron en los primeros tiempos angustiosos y no felices del exilio. El Dr. R es hijo de comunistas judíos y polacos, que al comienzo de la guerra y ante la invasión nazi, partieron al bosque a luchar como resistentes guerrilleros, y para poder hacerlo depositaron a su niño de seis meses en la ventana de la casa de campesinos polacos. El padre murió durante la lucha, la madre sobrevivió y fue rescatada por una institución judía que se ocupaba de reubicar a los sobrevivientes y se le asignó residencia en el París de la posguerra. Allí ella tramitó la recuperación de su hijo, de cinco años, que creció y se educó en Francia, donde se graduó de médico e hizo su formación de psicoanalista. Pasados los 30 años, ya casado y con hijos, descubrió en su análisis la necesidad de volver a su origen, a Polonia. Tomó un vuelo a Varsovia y el tren local lo llevó a su pequeño pueblo perdido. Caminó por la única calle del pueblo y a poco de hacerlo lo interceptó el diariero, un canillita en bicicleta, que luego de abrazarlo, dejó de vocear el diario y comenzó a pregonar «¡volvió Stanislav, volvió Stanislav!», y luego, mientras la gente lo abrazaba, lo condujo a la casa campesina. Su transitoria madre adoptiva lo recibió con estas palabras: «Yo sabía, hijo mío, que habrías de volver. Pena que tu padre ha muerto, pero mañana llamaremos a tus hermanos y será la fiesta». Desde entonces, periódicamente el Dr. R, con su mujer y sus hijos, visita a su madre y familia polaca.
Conste que no desconozco ni minimizo la diferencia entre padres adoptivos y apropiadores.
La necesidad perentoria y absoluta de reconstruir una genealogía, una historia de familia con adhesiones y confrontaciones, como plataforma ineludible de la construcción de un destino, es absoluta e ineludible y cada experiencia psicoanalítica nos reitera y confirma esta convicción.
La pregunta del quién soy, de dónde vengo, para qué estoy, es una pregunta universal. No se necesita del terrorismo de Estado, ni de ningún traumatismo especial para que nos la hagamos. Todos los presentes se la han hecho, se la hace la humanidad entera desde sus inicios. Es parte de la actitud interrogadora y autoteorizante propia de la condición humana. Y no se limita a la vida propia, desde nacer a morir, sino que abarca la ascendencia (padres y abuelos) y la sucesión (hijos y nietos), lo sepamos o no, cinco generaciones son necesarias para configurar la humanidad de un ser humano.
Esta compulsión de narrar quién soy, de dónde procedo, es antigua como la humanidad misma. J .P. Clastres la descubre en la función del Gran hablador, que en las tribus primitivas de la Amazonia, aun antes de la escritura, aun antes de las religiones monoteístas, son eximidos de las tareas de subsistencia para recorrer incansablemente las tribus dispersas en la selva y en largos rituales explican quiénes son, por qué y para qué están en el mundo.
El derecho a conocer el propio origen y la explícita genealogía es un derecho inalienable. El «ser hijo de», es un ingrediente ineludible de la identidad humana. Todos lo aprendimos con el Hidalgo Don Quijote de la Mancha, hidalgo –hijo de algo– como discriminación de la chusma anónima donde la filiación es más animal que humana, aunque ahora la etología nos muestra que la diferencia no es tan radical, y la noción de familia ni siquiera es exclusiva de nuestra especie.
Volvamos a Mariana. Con relación al tema del libro hay tres tiempos diferentes en su vida.
Primero ella vivió diecisiete años siendo Daniela Furci González, cuidada por sus padres de crianza, quienes le dieron ternura y amor, aun siendo simultáneamente apropiadores y cómplices de un sistema abominable de exterminación. Contradicción atroz entre vida privada y vida pública. Un ejemplo de cómo nuestra especie, la humana, combina de manera inextricable lo más abyecto y monstruoso, con lo más sublime y vital. Me hace evocar a Rudolph Höess, el capo de Auschwitz, el jefe de un campo de exterminación de miles de seres humanos, incluyendo miles de niños, mientras a pocos metros de la industria de la muerte, criaba una familia radiante y feliz.
Segundo, en 1992, a los diecisiete, merced al coraje y la tenacidad encomiable de sus abuelos, de Milton y de Mónica, y de Alberto y tantos otros, en su búsqueda, preparan el dossier para la sanción inevitable de justicia que protagoniza el juez Roberto Marquevich y que sacude la identidad previamente construida.
Tercero. Son otros diecisiete años (1992‐2009), (¡qué tiempos tan largos!), los transitados en la turbulencia de una identidad equívoca, de lealtades contradictorias para llegar a este presente, donde las cartas están sobre la mesa, para buscar y plasmar su identidad de elección. Diecisiete años, un tiempo turbulento de lealtades contradictorias, de estar partida en dos y ser a la vez Daniela y Mariana, con la pregunta quemante y enigmática de por qué –si el combustible de la pasión militante era un mundo mejor para sus hijos– creaban con su militancia, situaciones de peligro que ponían en riesgo de fracturar la relación padres‐hijos. Coincidentemente el film El edificio de los chilenos, en Bélgica y en Cuba, que alojó 60 hijos pequeños de militantes del MIR, para que estos volvieran clandestinos a Chile a derrocar a Pinochet, ponen en evidencia la pregnancia de la misma lógica en diferentes países de la región, en la misma época.
Coincidencia asombrosa que no tiene explicaciones simples ni determinismos lineales.
Es el empeño de François Graña: ¿Cómo describir eso que llamamos espíritu de una época? Sin duda la percepción y la lectura son diferentes en el durante que en el después, con el resultado y las consecuencias a la vista. A contrastar estos dos tiempos heterogéneos dedica el libro François.
Sus progenitores legítimos, en el ímpetu de su pasión militante, de la lucha por un mundo mejor y más justo, tampoco renunciaron al otro mandato de las especies, la de procrear y perpetuar la vida.
Simultaneidad que no es fácil de resolver entre vida íntima y vida ciudadana, donde el impulso de vida se expresa tanto en la procreación como en la pasión militante, aunque a la razón fría ambas conductas le parezcan incompatibles.
No es con argumentos racionales que se puede juzgar para legitimar o refutar o condenar sus opciones.
Es inexplicable pero constatable históricamente, cómo los momentos de peligro, de vecindad con la muerte, promueven la procreación, más que evitarla. Amor a la vida, a perpetuar la cadena generacional a cualquier precio… vaya usted a encontrar razones y argumentos para justificar o para condenar esta conducta. Yo opto por un silencio respetuoso.

Agosto de 2009, correo electrónico que paso a leer en la página 266 del libro:

Les ruego me disculpen si les pido que recuerden cosas dolorosas, si es así, lo sabré entender.
Imagino que es difícil contestar sin ninguna pregunta concreta, la verdad es que tampoco sé qué preguntar... no sé, ¿qué música les gustaba? ¿Qué hacían cuando se juntaban con amigos?
¿Dónde les gustaba salir a pasear? qué sé yo... ¿cómo eran conmigo?... bueno, no sé... repito, cualquier historia será bien recibida. Desde ya muchísimas gracias a todos. Un beso.

Mariana Zaffaroni

La pieza clave de hoy es: «Quiero reconstruir la historia de mis padres», y el coro de sus amigos y compañeros que proveen a la protagonista ingredientes abundantes. Como esa es la pieza clave, el gatillo detonador de este libro y de esta reunión, yo quiero hacerla el punto de partida de mi razonamiento.
Yo leo en el mensaje electrónico de Mariana del 2009 un acto decisivo. Un grito de vida, de restituir a la vida en el recuerdo lo que estaba sumergido en el silencio y en el olvido. Es nada menos que el acto psíquico decisivo entre «no quiero saber y quiero saber». Por eso es un acto de coraje, de desmarcarse del lugar asignado de víctima y autoencomendarse la tarea de volver a bordar hilo por hilo, punto por punto, lo que los abyectos agentes de la dictadura quisieron desgarrar: la continuidad de la leyenda entre generaciones. (Por eso me permito la picardía de decir que hoy soy su tío postizo, porque ella es freudiana, no sé si sin saberlo o sabiéndolo).
Lo que ella propone en su correo está en proximidad con lo que yo hago en mi oficio todos los días desde hace medio siglo. Es un acto de vida y de valentía cuando Mariana decide explorar la peripecia de sus orígenes, con lo que la verdad tiene de hermoso y de espanto.
Son otros diecisiete años, casi dos décadas, que Mariana necesita para dar este paso, para asumir ese gesto, de buscar, de explorar. Hasta allí era acosada por un saber que le venía de otros, de otros, abuelas, tías, amigos, instituciones jurídicas o de DDHH, sin poder hacerlo propio.
La inflexión es que en 2009 es ella misma quien dice, «quiero saber», quiere explorar. Otro sujeto psíquico nace allí, el que quiere ser protagonista (y no víctima) de su existencia, de su historia. Un sujeto activo que se vuelve narrador y novelista de sí mismo.
Pero la narradora sólo será tal si tiene testigos que la acompañen. Y esos somos nosotros. Basta pensarse un instante, cualquiera de los presentes puede hacerlo, podemos pensar nuestra vida como un cuerpo que nace, crece, se enferma y muere como cualquier ser viviente, pero a nivel mental la existencia humana no tiene estos límites, se extiende al menos sobre cinco generaciones, dos que la anteceden y dos que la suceden al sujeto central de la narración. Son cinco las generaciones que configuran la humanidad de un ser humano.
En el oficio, profesión o artesanía que yo practico hace décadas, el héroe mítico es aquel muchacho Edipo, un errante, un exiliado voluntario. Un adolescente al que un borracho le dijo que no era quien creía ser… y esto dispara la errancia (itinerancia) entre Corinto y Tebas, entre los padres falsos y los padres verdaderos (pero en el caso de Edipo, ¿cuáles son unos y cuáles los otros, cuáles son los buenos y los malos?, ¿los de crianza?, ¿los genitores?
Resulta que el psicoanálisis, permítaseme la ironía, inventa como modelo o paradigma que el origen es siempre una mezcolanza o un escándalo.
¿Será tan loco y malvado ese genio de Freud?, o al tomar como referente ese caleidoscopio de la tragedia griega suprime la obviedad o la certeza del origen (certeza biológica o teológica) y abre una zona de malentendido que empuja a la búsqueda, a la exploración, a la curiosidad, al desplazamiento. Crea un sujeto en movimiento (o en errancia y en exilio) que mediante ese movimiento construye lo que llamamos su singularidad, una marca identitaria tan propia y tan única como las huellas dactilares.
En verdad, en el registro de la novela interior no tenemos sólo un padre y una madre únicos, unívocos, tenemos varios (los que amamos, los que odiamos, los que admiramos o despreciamos, los que respetamos o insultamos) y es esta pluralidad la que permite el movimiento, la errancia que habilita y fomenta el juego identificatorio y la producción del sujeto. Es en esa itinerancia, en ese desplazamiento que Freud toma la leyenda de Edipo como un referente principal.
Si argumento lo que precede es para poner de relieve el peligro de crear la categoría homogeneizante de «hijo de desaparecido», como señal de solidaridad, simpatía o de compasión, que son valores religiosos altamente discutibles y ambivalentes y sospechosos. No hay peor forma de conocer a alguien que transformarlo en un estereotipo, dice con pertinencia Eliane Brum, «Es una forma de no verlo, de borrar su singularidad».
No me acuerdo si lo leí en Antelme o en Semprun (importa la afirmación más que el autor): en la tragedia o en el dolor la singularidad no se atenúa sino que se exalta, y es un atentado incluirlo en una categoría homogeneizante. A menor escala, todos lo sabemos por experiencia propia, que los caminos del trabajo del duelo y de la reparación son absolutamente personales y distintos entre una persona y otra. Y si el reconocimiento de la diversidad es importante en los casos promediales, lo es aún mucho más en las tragedias colectivas de origen humano como el terrorismo de Estado y el genocidio.
Las figuras parentales son los elementos centrales de la constelación identificatoria, el equilibrio de estas figuras es muy sutil entre el déficit de la carencia y el exceso de la intrusión. Esto vale universalmente siempre, pero se acentúa cuando en la historia hay un excedente sacrificial. El mandato bíblico de honrar a los ancestros, y la militancia por el deber de memoria, debe reconocer la diferencia entre los tiempos terminables del duelo y los tiempos interminables de la melancolía. Debemos otorgarles a estos hijos el humano derecho de clausurar sus duelos y vivir su destino. No estoy hablando ni de promover el olvido ni la pseudonormalización a que apunta la resiliencia. Pero es diferente la nostalgia de lo perdido que la exaltación de la memoria escatológica.
Los equívocos sobre el origen (en su registro fantasmático) son una penuria pero también una riqueza de la condición humana y un ingrediente universal e infaltable a la vida de fantasía y de la novela del neurótico, y el que esté libre de pecado que arroje la primera piedra. Es lo que Derrida llama el desasosiego identitario, la inacabable y humana pregunta de quiénes somos, de dónde venimos a dónde vamos; inacabable porque no tiene respuesta certera o absoluta pero tiene la función que para Moisés tuvo la Tierra prometida, aquel lugar hacia el que siempre vamos aunque nunca llegaremos.
Los hijos, en el ámbito de una tragedia histórica, como el terrorismo de Estado o la Shoah, u otros genocidios, tienen un origen asignado, como los hijos de reyes, aunque la corona no sea de oro sino de dolor. Ese lugar asignado propicia la fijeza y tiende a limitar el movimiento, la errancia de la búsqueda identitaria. Allí radica mi advertencia.
Otra figura legendaria, la de Hamlet, prisionero del espectro y gestando la venganza sacrificial. Otros desenlaces pueden ser impulsados por la reparación de los padres dañados donde el destino del hijo no esté atado a la reparación del daño pretérito y opere como un ancla que impide la navegación propia, cediendo al imperativo, heroico o sacrificial. Siempre afirmé que el hijo de un mártir no es que no tenga padre o madre sino que los tiene en demasía, los tiene en exceso. Hay que invertir la fórmula, tienen demasiados padres, se trata de aligerar la carga para navegar y conquistar la identidad propia.
Las opciones de vida de los militantes del PVP y del MIR son conductas que pueden generar espanto o admiración, y en general se polarizan las opiniones extremas. No tengo la respuesta justa (si la tuviera me postulo al Premio Nobel), pero como freudiano pienso que las preguntas importantes son las que no tienen respuestas nítidas. No tengo otra alternativa que recurrir a una lógica paradojal, al territorio donde la respuesta es la desgracia de la interrogación, este puede quedar virgen o ser explorado. Opto por esto último.
Me apoyo en la afirmación freudiana de que la psicología individual es distinta a la psicología colectiva.
Sólo así puede entenderse que Furci sea un criminal y un padre cariñoso. Y que, en la pasión militante, se asuma el riesgo de postergar la función protectora parental para sostener la coherencia de los ideales y la lealtad a los compañeros. El ser humano no es el mismo en la intimidad que cuando integra a la pandilla; con la fuerza de afiliaciones y adhesiones. El crítico de cine que comenta la película testimonial que cité, dice: «enceguecidos por sus ideales», otros dirán: «iluminados por sus ideales» Y así vamos los humanos, errantes en la historia, entre la ilusión y el desencanto, entre la carencia (déficit) y el exceso en el peso de los ideales. ¿Y quién pone el límite justo entre los ideales que iluminan y los que encandilan y enceguecen?
No hay duda de que los ideales empujan a la alienación, pero de los ideales el que más enceguece es el de la descreencia. El del «no me importa» y «no te metas», ideales negativos que la actualidad está trayendo con ímpetu y pujanza.
Es conmovedor, como se lee en el libro, que son los panqueques y no las frases solemnes, ni las sentencias jurídicas, las que provocan el viraje o la inflexión del vínculo de Mariana con su familia de origen.
Pero necesita para ello, estar precedida por la firmeza, incluso la violencia, del sistema jurídico. La humanidad de Roberto Marquevich es también conmovedora. «En su vida privada –le dice a Mariana– llámese como quiera, pero su nombre legal es Mariana Zaffaroni, el documento con el otro nombre constituye la prueba material de un delito.» El juez sentencia, en oposición con los afectos y sentimientos prevalentes en la Mariana de ese momento, pero sostiene, más allá del sentimiento, su sanción de justicia.
Violación de intimidad, grita Mariana. Aquí lo público y lo privado no coinciden, están disociados como en el caso de Furci, pero Marquevich hace con nobleza y dignidad, lo que Furci lleva a cabo de manera sórdida y obscena. Mariana está atrapada en la encrucijada de dos éticas incompatibles.
No tengo explicación para el comportamiento disociado de Furci o de Höess, padres adorables y asesinos en masa, pero sé que ellos son dos nombres paradigmáticos entre miles que actuaron con esa misma lógica. Pero nunca lo hacen solos, aislados, sino cuando están avalados o capturados en un sistema, en una institución, donde un orden verticalista prevalece. Juan Pablo Feinmann llama a este fenómeno «creación del otro absoluto o demoníaco». Una vez que un grupo o una corporación se convence de que la otra parte de la humanidad es el otro demoníaco, responsable causante y culpable de todos los males, toda crueldad, todo ultraje, le parece justificados y queda designada como los destinados a morir. Y el crimen se viste de una ilusión purificadora, una vez destruido el Otro demoníaco, el Nosotros se volverá más armonioso y feliz. Cualquiera sea su mecanismo intrínseco, este efecto no es un producto relevante de psicología individual, sino colectiva. Sus expresiones más frecuentes, intensas y mortíferas vienen de la psicología de las masas, de las multitudes o de los grupos. Son un producto o un efecto de psicología colectiva, que arrasa, como un tsunami, toda ética individual.
La presentación de un libro, suele pregonar el director de Trilce, es siempre motivo para una celebración. Este también, aunque invoque un tema terriblemente doloroso: vidas jóvenes bárbaramente truncadas, exterminados por gusto, fríamente fuera del campo de «batalla», con premeditación y alevosía.
El desaparecido, sostiene Gabriel Gatti, está en el límite de la lógica de lo impensable. Desaparecidos, como si no les alcanzara quitarles la vida, sino también la muerte, al decir de mi colega, Gilou Reinoso. Una muerte que es silencio y olvido.
Por eso este libro y este acto son también a celebrar. Significan la restitución de memorias y genealogías, venciendo al silencio y al olvido. Sólo arreglando las cuentas con el pasado, preparamos el camino para continuar. Bienvenida Mariana, a esta humanidad que quiere saber.

Marcelo N. Viñar es médico y psicoanalista. Presidente de la Asociación Psicoanalítica del Uruguay (APU) y Miembro titular de la de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA). Fue presidente de la Federación Psicoanalítica de América Latina. Integró la Clínica La Chesnaie, y dirigió la École de Psychiatrie Institutionelle, La Chesnaie, Francia.
Publicó conjuntamente a Maren Ulriksen de Viñar Exil et torture (Denöel, París, 1989) y Fracturas de memoria (Ediciones Trilce, 1992). Son de su autoría, entre otros, los libros Psicoanalizar hoy (Ediciones Trilce, 2002) y Mundos adolescentes y vértigo civilizatorio (Ediciones Trilce, 2009). Fue compilador y participó en numerosos libros colectivos, entre ellos: Identidad Uruguaya: ¿mito, crisis o afirmación? (Ediciones Trilce, 1992), Antiguos crímenes (Ediciones Trilce, 1995), Uruguay: cuentas pendientes (Ediciones Trilce, 1995), Memoria social (Ediciones Trilce, 2001), Adolescentes hoy (Ediciones Trilce, 2005) y Niños fuera de la ley (Ediciones Trilce, 2005).

SEGUIR LEYENDO [+]

LA LUCHA QOM. Postales de Formosa

El gobierno nacional a través del Ministro del Interior, expresó que será recién el próximo lunes 30 de mayo la primera de las reuniones con los repreentantes de la comunidad La Primavera de Formosa. Hasta la fecha nada se ha avanzado desde que los qom levantaron el acampe de la 9 de Julio.

Buenos Aires, 24 de mayo de 2011.-

Por Pablo Denardi
Miro una postal que no debería, recuerdo la sordera de antaño, se me agotan las palabras, junto a la saliva que parece revelarse, porque descubre el genocidio cometido contra ella. El diálogo en definitiva, una vez más es roto. Y el monte reclama justicia, junto a una dignidad cada vez más rabiosa, que brota aquí y en otras partes del mundo.
Randazzo una vez más rompe su promesa, el monte lo sabe y se rebela, llueve en Formosa y también en Chaco, llora el cielo y abre su corazón la plaza, vuelven las banderas, vuelve la esperanza a transitar la ciudad que se crece para arriba. Abajo, por debajo desfilamos los que aun seguimos creyendo que el diálogo es posible.
El domingo hubo asamblea en la Primavera, y volvió a tomar color la tierra, porque sus hijos tras cinco meses de exilio obligatorio, volvieron a reunirse. Se charló, se discutió y se debatió. El lunes debía llevarse a cabo las primeras de las reuniones de la comisión que el gobierno nacional decidió crear, para seguir alimentando el burocratismo, y desnutriendo los estómagos de los que aun, siguen sin existir, por que ni el documento de identidad les ha sido devuelto.
Y hablando de vueltas, volvimos, de nuevo la plaza y las avenidas nos vieron en transe hacia un INAI, que no esperaba por nosotros, porque desde su creación respondió a intereses que no eran los de los pueblos originarios.
Denunciamos desde Monte adentro, que el gobierno Nacional otra vez incumplió sus promesas, que la presidenta de la Nación y el ministro del Interior solo hablan de profundizar un modelo, que desfila en los canales televisivos con ropa de gala, sobre un vehículo de alta gama, sobre rutas asfaltadas para el transporte veloz de soja, y alguna otra cosa idiota que hoy es consumo de miles.
Miro nuevamente una postal que no debería, veo la foto del sub y la rebeldía zapatista. Pienso en la autonomía cansada de pedir permiso, y avanzando con compromiso hacia lo que por años fue exigido y reclamado con sangre y pancartas.
Esperemos el gobierno habrá los ojos, antes de que la rebeldía deje tuerto a algunos, con certeros destellos de luz que del monte nacen para ser verdad, y volver visible sobre los rostros cómplices, los reclamos que ya no pueden seguir tapados.

Pablo Denardi, cuhp, común unidad de hombres y pueblos.

AGENCIA DE COMUNICACIÓN RODOLFO WALSH

SEGUIR LEYENDO [+]

EN PLAZA DE MAYO. Peones rurales de Río Negro en Huelga de hambre

(AW) Desde el lunes 23 de mayo, 22 obreros rurales del Alto Valle de Río Negro se encuentran realizando una huelga de hambre seca en Plaza de Mayo. Denuncian a las Aseguradoras de Riesgo de Trabajo (ART) tales como PREVENCIÓN - QBE - PROFU - LA CAJA - ASOCIAR, porque nos les reconocen los porcentajes de incapacidad adecuados a los numerosos accidentes que se producen. Muchos trabajadores pierden la vista o algún ojo por clavarse ramas y sufren caídas de las escaleras con fracturas. Así mismo denuncian la inacción de UATRE.-

PEONES RURALES EN HUELGA DE HAMBRE
Nos dirigimos a todos los que nos quieran escuchar, en especial a los trabajadores de prensa, somos peones rurales del Alto Valle de Río Negro, hemos llegado desde la Patagonia para denunciar la infamia de las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo ART, que en complicidad con patrones y la Superintendencia de Riesgos del Trabajo SRT, nos condenan a la indigencia, dándonos un trato discriminatorio, injusto, tomando la vida de un obrero en menos valor que la de un animal de trabajo.
Estamos solos como hace siglos, abandonados a nuestra suerte o al antojo de los patrones explotadores que nos obligan a trabajar sin las mínimas condiciones de seguridad e higiene.
Causando con esto accidentes que nos transforman en hombres inválidos, incapacitados de poder seguir manteniendo a nuestras familias.
Hoy lunes 23 de mayo hemos llegado a la Capital y estamos haciendo una HUELGA DE HAMBRE SECA en la Plaza de Mayo.
Dejaremos nuestras vidas en la lucha por nuestros derechos, por la dignidad, por la supervivencia de nuestras familias.
No nos acompaña nadie, el sindicato burócrata que se supone debe defendernos, no se atreve a dar la cara, nuestra marcha desafía a esos cobardes que lucran con nuestras afiliaciones para enriquecerse y engordar a costa de miles de obreros desamparados.
Hay partidos políticos que nos esquivan, quizás porque nuestra denuncia cruza demasiados intereses, pero sabrán que un día 22 obreros rurales de la Patagonia estuvieron en Buenos Aires desafiando al injusticia, la corrupción, la burocracia, la mentira, la infamia y la esclavitud hasta la muerte.

¡VIVAN LOS PEONES RURALES!

Para acercar solidaridad estamos en Plaza de Mayo
Para comunicarse Guillermo Saavedra 0294-1535018
Denunciamos a las siguientes A.R.T.
PREVENCIÓN - QBE - PROFU - LA CAJA - ASOCIAR
Denunciamos a la SUPERINTENDENCIA DE RIESGOS DE TRABAJO
Denunciamos a la UATRE por abandonar a sus afiliados.

AGENCIA DE COMUNICACIÓN RODOLFO WALSH

SEGUIR LEYENDO [+]

Internaron a Menéndez.

El represor de la última dictadura militar Luciano Benjamín Menéndez, de 83 años, sufrió este mañana una "hipertensión arterial severa" durante el juicio que se le sigue por el fusilamiento de cinco militantes montoneros en 1976 y fue internado en el sanatorio privado Rivadavia de la capital tucumana. La descompensación del ex jefe del III Cuerpo de Ejército, que ya acumula seis condenas a prisión perpetua, obligó al Tribunal Oral Federal de Tucumán a suspender la audiencia del juicio, en principio, hasta mañana a las 9.30.

El represor fue revisado por un médico del cuerpo forense antes de decidir la suspensión de la audiencia. Menéndez ya tuvo recaídas en su salud durante este juicio y anteriores, por lo que recomendó su internación al detectar una crisis de hipertensión.

En el juicio conocido como "Romero Niklison" también se sienta en el banquillo el ex jefe policial Roberto "El Tuerto" Albornoz, quien fue jefe del Servicio de Información Confidencial (SIC) de la policía tucumana, donde funcionó un centro clandestino de detención.

El proceso investiga el fusilamiento de un grupo de jóvenes militantes de Montoneros el 20 de mayo de 1976, en una casa del barrio Echeverría de Tucumán, cuando la dueña de casa, María Alejandra "la sueca" Niklison, mantenía una reunión con otros cuatro integrantes de la organización. Allí estaban Fernando "Pepo" Saavedra Lamas, Juan Carlos Meneses, Atilio Brandsen y Eduardo González Paz.

Según la causa, fuerzas conjuntas del Ejército y de la policía provincial ingresaron en la casa y comenzaron a disparar contra los ocupantes; incluso, uno de ellos -Saavedra Lamas- logró escapar hacia una iglesia cercana, pero fue asesinado.

Los cuerpos sin vida de las víctimas fueron llevados a la Jefatura de la Policía de Tucumán, y de allí cuatro de ellos fueron inhumados en fosas comunes en un cementerio local.

http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-163334-2011-03-02.html

SEGUIR LEYENDO [+]

JUSTICIA?

Jueves, 26 de Mayo de 2011 00:05

Vericuetos kafkianos

(AW) Quizá solo Franz Kafka, célebre autor del “El proceso”, hubiese imaginado la laberíntica realidad de la justicia –clasista- en nuestro país, donde la prisión preventiva puede durar más que la pena y salir o no en las transitorias que marca la ley depende del azar o de la bondad o el ensañamiento de “su señoría”. Aquí, el caso de “José Gómez”.

En la Argentina hay dos clases de justicia, una Federal y la otra Ordinaria o local, en la ex Capital Federal, ahora denominada Ciudad Autónoma de Buenos Aires funcionan tres clases, la Federal, como en todo el resto del país, la local que se llama Contravencional y Faltas y la Ordinaria o Nacional, ésta última es el resabio de lo que antes era la Justicia Ordinaria en la Capital Federal.

Dentro de este sistema de enjuiciamiento hay una gran cantidad de operadores jurídicos, unos ganaron su puesto en concurso, otros por antigüedad y algunos por acomodo. En la actualidad el derecho penal tiene juzgados de: instrucción nacional, de instrucción federal, instrucción en lo Penal Económico, correccionales y Contravencional y Faltas. Todos de primera instancia –salvo el Correccional que investiga y emite sentencia. Luego de concluida la investigación pasan a los tribunales orales, o sea TOC, TOC, TOCF, TOPE y a todos hay que agregarles la justicia para los delitos cometidos por menores.

Dentro de todo este conjunto que aplican el derecho penal hay buenos y malos, en el sentido de que algunos lo hacen por vocación y ponen lo mejor de sí, y por consiguiente el juzgado o tribunal se maneja de manera correcta – a estos se les dice garantistas. Los restantes están ahí por vaya a saber qué y lo único importante es cumplir un horario y percibir su salario, a estos le dicen duros.

Ante esta situación, mencionaré un caso particular. Una persona es detenida procesada por un delito contra la propiedad, es elevada la causa a juicio oral, donde es condenada a una pena de cuatro años de prisión, apela, haciendo uso de la garantía de la doble instancia judicial de rango constitucional y actualmente se encuentra en la CNCP (Cámara Nacional de Casación Penal).

Ahora bien, el detenido lleva en prisión preventiva más de la mitas de la pena y acá está el motivo de la presente nota. Cuando una persona es condena por la justicia nacional, es decir por cualquier tribunal oral criminal de la Capital Federal es automáticamente pasado a los juzgados nacionales de ejecución penal, donde la Ley que regula sus derechos es la 24.660, y a su vez ésta está reglamentada por distintos decretos. Aquí es preciso una aclaración, un proceso puede tener una duración bastante prolongada, la única determinación temporal del proceso es respecto a la duración de la prisión preventiva sin juicio, ésta no puede ser mayor a tres años, una vez realizado el juicio oral la prisión preventiva puede durar lo que sea, hasta puede durar más tiempo que la pena. Ante esto, ocurre que el procesado condenado en primera instancia y ejerciendo la garantía de la doble instancia judicial, se encuentre en pero situación que si no hubiese apelado. ¿Por qué? Sencillamente porque a pesar que hay un artículo (11) de la Ley de Ejecución que equipara al condenado con el procesado lo jueces no le prestan atención porque la justicia de ejecución no es su competencia –jueces duros- y tratan que procesado que podría empezar a salir transitoriamente, sólo lo puede hacer si el azar hace que le toque un juez garantista.

“José Gómez”


Injusta condena y huelga seca

Que se cumpla la Ley

Flexiones y apertura de nalgas como en dictadura

SEGUIR LEYENDO [+]

LOS DOCENTES DE SANTA CRUZ SEGUIMOS LUCHANDO

Llevamos más de 40 DÍAS SIN CLASES y estamos con PARO POR TIEMPO INDETERMINADO

· No a la Judicialización de la Protesta Social
· No a la Represión Física y Legal.
¡Recomposición salarial YA!
La canasta familiar supera los $10.000…
>1 kilo de carne: $70
>1 kilo de pan: $12
>1 litro leche: $5.50
>Alquiler: $3.000
Pero un maestro cobra $ 3.520
Viernes 27 de mayo 16 hs.
Desde Casa de Santa Cruz, 25 de Mayo y Sarmiento, hasta
Avda. de Mayo y Lima
Convoca A.DO.SA.C. (Asociación Docentes de Santa Cruz)
Adhieren:
ADEMYS, AGD (UBA), FUBA, SUTEBA ESCOBAR, SUTEBA LA PLATA (LEGÍTIMO), SUTEBA BAHIA BLANCA, CTA BAHÍA BLANCA- CORONEL DORREGO, AMSAFE ROSARIO, CTA ROSARIO, SITRAIC, ATE SEC. GRAN BS AS SUR, ATE ALMIRANTE BROWN- PRESIDENTE PERON, JUNTA INTERNA ATE HTAL. MORENO- Cuerpo de Delegados Ferrocarril Sarmiento-
Agrupaciones: TRIBUNA DOCENTE, DOCENTES EN MARCHA, 9 DE ABRIL, LISTA VERDE - SUTEBA TIGRE, Lista de Maestros y Profesores, Lista Violeta-Ademys, Haroldo Conti,Corriente Sindical en la CTA Nacional
AGRUPACIÓN VICTOR CHOQUE – ATE, CORRIENTE POLITICO SINDICAL ROMPIENDO CADENAS, PERIÓDICO SINDICAL EL MORTERO, AGRUPACIÓN…
Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos

SEGUIR LEYENDO [+]