NO AL 2x1 - Basta de domiciliarias a los genocidas! * SI NO HAY JUSTICIA... HAY ESCRACHE * A dónde vayan los iremos a buscar!

jueves, 12 de mayo de 2011

CON PROYECTOS Y NUEVAS GANAS SEGUIMOS CAMINANDO…

A l@s Compañer@s y Amig@s:

Agradecemos a las personas y organizaciones de Argentina, Chile y del resto de Latinoamérica, con l@s cuales, durante el pasado año 2010 tuvimos la oportunidad de compartir, trabajar y organizar. Cada ocasión de encuentro en los diferentes espacios sociales, políticos y culturales que nos avocamos a generar y apoyar tuvo gran significado en nosotras y nosotros.

La organización que construimos, la Videoteca Popular Bajo La Escalera (VPBLE), si bien genero humildes expectativas en cuanto al impacto social, en la práctica las supero con creces, sobre todo motivada por las reivindicaciones que tiene constantemente nuestro pueblo y de las cuales no podemos ser indiferentes. Desde el comienzo, nuestras posturas fueron claras y sinceras. Lo que intentamos hacer fue denunciar críticamente el simulacro de sociedad que “nos” quieren naturalizar, el neoliberalismo como profundización del capitalismo imperialista que busca ocultar y a la vez enajenar a las masas; esa es su fabula, pero que también se presenta y acciona de la forma más perversa y violenta hacia el “otro”, los pobres y marginados. Frente a esto, el plantearnos para atentar contra esta indiferencia que se naturaliza constantemente en la sociedad capitalista fue uno de nuestros objetivos. Fuere en la calle, las marchas, el piquete, el comedor, el barrio, en los foros, la universidad, es decir, en las trincheras que nos fuimos dando y en las cuales nos propusimos instancias de comunicación a diferentes problemáticas con el consecuente objetivo de politizar esos espacios.

En todas las actividades que realizamos, sentimos el apoyo de compañer@s de diversos lugares de nuestra América Rebelde e Insurgente, es por todo ello que la red de solidaridad, confianza y apoyo que fuimos construyendo nos hizo plantearnos la necesidad de profundizar nuestro trabajo.

Finalizado el 2010, comenzamos a generar nuevas expectativas en los esfuerzos futuros como organización. La necesidad de abarcar mayores ámbitos de interés colectivo como lo son, en primer lugar, la Investigación Histórica con el objetivo de rescatar la memoria de nuestros pueblos. No la historia de esos héroes patrios y hechos “gloriosos” que ofuscan la explotación y el menoscabo al cual son, y han sido, sometidos los pueblos a través de la historia. Queremos investigar otra historia, Nuestra Historia, desde abajo, desde nuestros pueblos originarios, criollos, inmigrantes, campesinos, obreros y populares, es decir, desde donde nacen y se gestan los procesos sociales que dieron como resultado nuestras identidades y contradicciones actuales. Por todo lo anterior, es que nos planteamos la necesidad de dar cuenta de aquellas voces silenciadas por el capitalismo hegemónico y por las Oligarquías Nacionales, por ello intentaremos construir una red a través de la cual circulen aquellas identidades, luchas, sufrimientos, alegrías y subversiones,para que sirvan de ejemplo a las generaciones jóvenes y para aquellas ya más longevas les haga nuevamente caminar de la mano de la rebeldía.

En segundo lugar, trabajaremos la Comunicación Audiovisual manteniendo la, ahora, Videoteca de la Resistencia y externalizando las investigaciones y discursos desarrollados previamente, considerando estos medios como un recurso social estratégico en un pueblo cada vez más dirigido por los medios de comunicación de los ricos y poderosos.

Estas son nuestras modestas provocaciones, que también son invitaciones para que desencadenemos nuestras esperanzas y volvamos a caminar con la convicción de generar juntas y juntos una América Rebelde y Solidaria.

GRUPO AUDIOVISUAL DE LA RESISTENCIA

Argentina, Mayo de 2011.

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Identifican restos, cuatro eran muchachas embarazadas

martes 19 de abril de 2011


Identificaron los restos de cinco desaparecidos en la última dictadura y los entregarán a sus familias

La justicia federal porteña formalizó la identificación de los restos de cinco desaparecidos durante la última dictadura y ordenó su entrega los familiares, con lo cual el número total de desaparecidos cuyos restos quedaron identificados suman 200, informaron ayer fuentes judiciales.

Se trata de María Leonor Abinet, Gladis del Valle Porcel de Puggioni, Liliana Irma Ross de Rossetti, Norma Robert de Andreu y Miguel Ángel Soria, secuestrados en 1976, cuyos restos fueron exhumados en el cementerio municipal del partido de General San Martin en 1984 pero recién quedaron identificados ahora.

Según informó Horacio Cattani, presidente de la Sala II de la Cámara Federal porteña a cargo de todas las actuaciones relacionadas con la búsqueda de la verdad y destino final de las personas desaparecidas, las labores para estas cinco identificaciones las inició el Equipo Argentino de Antropología Forense en 2006.

Todos los cuerpos habían sido hallados en los primeros días de febrero de 1977, en la localidad de Ciudadela, en el Gran Buenos Aires, y según las partidas de defunción todas las muertes se produjeron por heridas de bala.

María Leonor Abinet tenía 31 años y estaba embarazada de siete meses cuando fue secuestrada el 16 de septiembre de 1976 en Caseros y dio a luz en cautiverio a Elena Gallinari Abinet, la primera hija de desaparecidos restituida, en 1986.

Gladis del Valle Porcel de Puggioni fue secuestrada el 28 de octubre de 1976 cuando tenía 23 años y se encontraba embarazada de cinco meses, tras lo cual fue vista en los centros clandestinos de detención “Proto Banco” y “Vesubio”.

Liliana Irma Ross de Rossetti fue secuestrada el día 10 de diciembre de 1976 en La Plata, cuando tenía 21 años y cursaba el cuatro mes de embarazo, y fue vista en el centro clandestino de detención de 1 y 60 en La Plata, dependiente de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.

Norma Robert de Andreu, maestra y estudiante de arquitectura en la Plata, tenía 25 años cuando fue secuestrada el 16 de octubre de 1976 en Carhué, luego de lo cual fue vista junto a su marido también desaparecido, Edgardo Miguel Andreu, en el en el centro clandestino Pozo de Banfield.

El quinto identificado es Miguel Ángel Soria, un obrero de 25 años delegado en los Astilleros Rio Santiago y en el frigorífico Swift que fue llevado al centro clandestino de detención que funcionó en la Brigada de Investigaciones de La Plata.

Los restos óseos habían sido recuperados del Cementerio Municipal de General San Martín, en 1984, pero volvieron a ser inhumados en esa necrópolis luego de que la Asesoría Pericial de La Plata no lograra ninguna identificación.

Vueltos a exhumar en 2006 por orden de la Cámara Federal Porteña, se determinó que los restos correspondían a 35 personas, cuyos restos fueron sometidos a una “reasociación intraesqueletal” y enviadas las muestras a laboratorios cordobeses para los correspondientes análisis genéticos, “lo que permitió ir logrando paulatinamente las identificaciones”, señaló Cattani.

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Aviones de la muerte

Una de las aeronaves está en el museo de la base Comandante Espora, en Bahía Blanca. La otra, en un predio de una empresa privada en Esteban Echeverría. Página/12 revela dos nuevos testimonios sobre la metodología utilizada por las Fuerzas Armadas para deshacerse de los detenidos-desaparecidos.

Por Diego Martínez

Dos de los aviones usados por la Armada para desaparecer de la tierra a sus enemigos secuestrados en la ESMA permanecen en exposición. Se trata de modelos Lockheed L-188 AF Electra, el mismo que el ex capitán Adolfo Scilingo utilizó en su segundo vuelo, confesado hace ya catorce años. Ambos integraron durante la dictadura la 1ª Escuadrilla Aeronaval de Sostén Logístico Móvil, con base en el sector militar del aeropuerto de Ezeiza, última escala antes de la muerte. Mientras, la Justicia no esboza ninguna estrategia para identificar a los pilotos y tripulantes que participaron de los vuelos de la muerte.

El Electra mejor preservado, matrícula 5-T-2, bautizado Ushuaia, está en el museo de la base aeronaval Comandante Espora, en Bahía Blanca, y luce un “esquema de colores de baja visibilidad”: gris oscuro, descolorido por los años, con la bandera argentina en la cola. El segundo, matrícula 5-T-3 Río Grande, está desde 1997 en un predio de la firma Astilleros Irupé de Marina del Sur SRL, en Camino de Cintura al 8300 de la localidad de 9 de Abril, partido de Esteban Echeverría. Conserva los colores originales de la Armada, blanco con líneas celestes, aunque los emblemas de la fuerza fueron tapados.

La 1ª Escuadrilla Aeronaval de Sostén Logístico Móvil, que participó de los últimos eslabones del proceso de secuestro, tortura, muerte y desaparición, dependía de la 5ª Escuadra Aeronaval. Sus comandantes fueron los capitanes de corbeta César Enrique Avila en 1976 y José Roberto Fernández en 1977. La certeza sobre el uso de ambos aparatos para arrojar personas al mar surge de combinar la confesión de Scilingo con un dato originado en la burocracia naval: hasta 1982 la Armada tenía sólo tres Electra, todos “con portalón trasero con capacidad de ser abierto en vuelo”, según explicó una fuente con acceso a registros de la Marina al periodista Roberto Leiva, del diario Crónica. El tercero, matrícula 5-T-1, Antártida Argentina, habría sido desguazado y convertido en chatarra.

El piloto y blogger Carlos Abella, en su artículo “El Electra del Camino de Cintura”, detalló que el decreto de compra de la flota lo firmó el dictador Agustín Lanusse, pero que ingresaron al país tras el retorno del peronismo al poder. La fuente naval precisó la fecha: diciembre de 1973. Durante la guerra de Malvinas los Electra “prestaron servicio con el Grupo de Tareas 80.4 bajo el mando del capitán de navío Jorge Vildoza”, torturador de la ESMA prófugo desde 1986. “Los amplios interiores de los Electra” sirvieron para trasladar material bélico, personal y carga, apuntó Abella, que no mencionó el relato de Scilingo.

El empresario Jorge Ramírez compró el aparato con la idea de “conseguir un sponsor para pintarlo y obtener algún tipo de ingreso desde lo publicitario, ofreciendo la posibilidad de ganar un aerocartel de 36 metros de largo sobre el Camino de Cintura, vista obligada para los transeúntes”, contó el piloto. El proyecto incluía “una confitería con asientos enfrentados delante de un parque de recreación, con lago artificial destinado a actividades náuticas, situación que hasta el presente no prosperó”.

El abogado y periodista Pablo Llonto, que patrocina al padre de Norma Arrostito, asesinada y desaparecida luego de un año de cautiverio en la ESMA, solicitó al juez Sergio Torres que dicte una medida de no innovar sobre los dos Electra en exposición y que disponga su custodia con vistas a futuras inspecciones oculares y reconocimientos. Aún no obtuvo respuesta.

“El nivel de los subversivos”

La cita es un bar de Bahía Blanca. Roberto Venancio Del Valle, 62 años, suboficial de la Armada, integró en 1976 la 2ª Escuadrilla de Sostén Logístico Móvil de mecánicos de Ezeiza, que no operaba con los Electra sino con los más antiguos Douglas DC3, utilizados también para arrojar personas al mar. La 2ª Escuadrilla fue comandada por los capitanes de corbeta Norberto Horacio Dazzi en 1976 y Adolfo Guillermo Videla en 1977.

La cita es para hablar sobre la muerte de su hijo, cabo segundo Eduardo Del Valle, el 27 de agosto de 2007 en la base Espora. La versión oficial dice que se suicidó de un disparo en la cabeza. “Lo mataron”, afirma el padre. “No tenía ningún motivo. Algo escuchó o vio”, sugiere, y enumera: robo de accesorios de aviones, drogas, prófugos con protección. Agrega que tenía signos de violencia en la cabeza y que no confía en la Justicia. “A cinco días de la muerte, la secretaria del fiscal, sobrina del almirante Carlos Marrón, dijo que esperaban los resultados de las pericias para archivar la causa. Logramos la calificación de ‘muerte dudosa’ pero hasta ahí llegamos”, concluye. Consciente de que el hombre de manos curtidas ha hablado sobre los vuelos, Página/12 propone el tema:

Un día vi manchas de sangre en el patín de cola de un DC3. Abrí la puerta y vi restos de sogas, de unos cuarenta centímetros, y restos de ropas, pedacitos de telas como de camisas arrancadas. Pensé “hijos de puta, están matando gente”. Se corrió la bola, hubo malestar y, como a la semana, el comandante juntó a toda la Escuadrilla.

–¿Quién era el comandante?

–Capitán Dazzi.

–¿Qué les dijo?

–Que estábamos en guerra y que había que rebajarse al nivel de los subversivos para poder combatirlos. Ahí empiezan a involucrar a todos.

–¿A todos?

–A mí no me tocó, no sé por qué –responde. El hijo que lo acompaña escucha casi sin respirar–. “Muchos quedaron locos”, continúa. “¿Te acordás del que salía a correr desnudo?”, le pregunta al hijo, que sigue en silencio. “Creo que se suicidó. Otro quedó mudo”, agrega.

–¿Por qué había sangre?

–Les pegaban con una estaca de hierro en la cabeza. Me lo contó un muchacho que después gritaba cuando dormía, un mecánico que era soltero y vivía en Ezeiza.

“Nunca vi cuando traían a los secuestrados”, afirma Del Valle, aunque sabe que “había pendejitas chiquitas” y, para graficar, coloca sus manos casi pegadas al pecho. Agrega que los vuelos “se hacían siempre de noche”, que “ponían como operadores de tierra a civiles amigos” y que “no se registraba nada: esos vuelos salían sin comunicación”.

Página/12 se comunicó con el capitán Dazzi. El ex jefe de la Escuadrilla confirmó su destino de 1976 pero no respondió preguntas y sugirió que las debe responder la Armada. Consultado sobre la orden de “rebajarse al nivel de los subversivos”, cortó la comunicación.

El Colorado Ormello

Rubén Ricardo Ormello era en 1976 cabo segundo de la Armada. Tenía 21 años, era mecánico motorista y también prestaba servicios en el área militar de Ezeiza. Su recuerdo de los vuelos lo escucharon sus compañeros del hangar de aeroparque de Aerolíneas Argentinas, empresa a la que ingresó durante la dictadura. Página/12 confirmó el dato con dos fuentes que lo escucharon en lugares y momentos distintos. Ambos están dispuestos a declarar ante la Justicia.

“Escuché el relato en el hangar 2 de Ezeiza. Sería 1984 o 1985. Habíamos ido a reparar un Fokker F-28. El jefe de turno conocía la historia y le pidió que la repitiera”, recuerda el primer testigo. “Contaba que colocaban un DC3 en la plataforma y llegaba un colectivo. Venía un ‘tordo’ con un maletín y se paraba en el portón del avión. Se los bajaba ‘medio en bolas y como en pedo’ y con los ojos tapados. ‘Los sentábamos en el portón y el tordo les daba un jeringazo de Pentonaval. Los apilábamos adelante y cuando ya estaba listo salíamos a volar. Cuando nos avisaban empezábamos a arrastrarlos y los tirábamos por el portón’, contaba Ormello” y reconstruye el operario, ya jubilado.

“Yo lo escuché una madrugada en el hangar de aeroparque. El turno noche era el más distendido, se charlaba mucho. Eramos cuatro o cinco”, recuerda el segundo testigo, que reitera un relato similar. “Lo contó con frialdad, con naturalidad, como quien se limitó a cumplir una orden”, agrega.

Las dos fuentes citan un detalle que los paralizó. “Una vez trajeron a una gorda que pesaba como cien kilos y la droga no le había hecho el efecto suficiente –contaba Ormello–. Cuando la íbamos arrastrando se despertó y se agarró del parante. La hija de puta no se soltaba. Tuvimos que cagarla a patadas hasta que se fue a la mierda”, recordaba el joven suboficial, ya retirado y sin remordimientos.

Página/12 buscó a Ormello para darle la palabra. El encuentro debió concretarse el jueves 13 de agosto en su lugar de trabajo, el aeropuerto de Mendoza. No pudo ser: el ex marino viajó a Buenos Aires minutos después del arribo del cronista para embarcarse hacia Colombia. Por la tarde, en su caserón de Godoy Cruz, su esposa confirmó que “está de viaje” y “por mucho tiempo”. No facilitó ningún teléfono y tomó nota de los de Página/12. Ormello nunca se comunicó.

El mes pasado la Unión de Promociones Navales renegó desde las páginas del diario La Nueva Provincia por lo que llama “presos políticos”. Lamentó que Astiz, Acosta & Cía. “sean juzgados individualmente, como si hubieran cometido delitos en forma personal”, y aseguró que durante la dictadura existió una “participación integral” de la Armada. Tal vez los vuelos sean el mejor ejemplo.

dmartinez@pagina12.com.ar

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-131277-2009-09-06.html

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