Miércoles, 22/02/12 | ||
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Mañana, miércoles 22 de febrero, al cumplirse cinco años del Femicidio de Sandra Ayala Gamboa habrá una movilización a los tribunales platenses, en calle 7 entre 55 y 57, además de una radio abierta en ARBA, en 7 entre 45 y 46. 17/02/12_MARCHA POR SANDRA AYALA Incógnitas del caso Sandra Ayala Gamboa | ||
Reproducimos: POR QUÉ ASEGURAMOS QUE FUERON FEMICIDIOS? 22 de Febrero 2012 •A 5 AÑOS del FEMICIDIO DE SANDRA AYALA GAMBOA •A 3 MESESDE LOS FEMICIDIOS DE BÁRBARA SANTOS, MICAELA GALLE, SUSANA DE BARTTOLE, MARISOL PEREYRA Y SANDRA GAMBOA. La prensa los denomina crímenes pasionales; los describe como problemas de pareja, se los adjudica a “locos” sueltos, violadores seriales, lo reducen al ámbito doméstico e individual, con la peligrosa consecuencia que las acciones de los violadores -victimarios / femicidas- sean explicadas en el marco de la “emoción violenta”, “no conciente de sus actos” y así iniciar el camino hacia la inimputabilidad y/o impunidad. Suele decirse que la mató porque la quería, que la mató porque le era infiel, que la mató porque no quería casarse con él, que la mató porque no quería ser la madre de sus hijos/as.... No quería, no hacía, no obedecía. Siempre que la autoridad masculina, el deseo del varón no es correspondido, la supremacía masculina es desafiada, la violencia aumenta y se convierte en un mecanismo de control, de disciplinamiento. Las mujeres vivimos bajo este terror, luchemos contra el o no. Nadie mata por amor. Quitar la vida a un semejante es un delito, hacerlo por amor es la mayor de las incongruencias. La violencia hacia las mujeres está directamente vinculada a la desigual distribución del poder y a las relaciones asimétricas que se establecen entre varones y mujeres en nuestra sociedad, en esta cultura patriarcal / machista, que perpetúa la desvalorización de lo femenino y su subordinación a lo masculino. La violencia es necesaria para mantener estas relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres, cuando la socialización y otras formas de integración social no son suficientes. Cuando una mujer es asesinada por el sólo hecho de serlo, dejamos de hablar de homicidio para hablar de femicidio, poniendo así nombre a la violencia extrema ejercida por razones de género. Las integrantes de la Casa de la Mujer pensamos que femicidio es la palabra que mejor describe los asesinatos de mujeres por parte de los varones motivados por el desprecio, el odio, el placer o el sentido de propiedad sobre ellas. Ponemos el acento en la estructura de una sociedad que jerarquiza las diferencias, que naturaliza la violación del derecho que tenemos las mujeres a vivir una vida libre de violencia. El femicidio es el resultado final de un ciclo de violencia. Violencia emocional, destacándose la manipulación afectiva y el control, agresión verbal, golpes, violación, maternidad forzada, esclavitud sexual, tortura. Un espiral que gira hasta terminar con la vida de una mujer. Cuando un femicida ejerce violencia sobre las mujeres sus cuerpos son mutilados, marcados, destrozados como una marca del odio que lo inspira. Todos los femicidios tienen en común la idea de que las mujeres son usables, prescindibles, maltratables y desechables. Todos coinciden en su infinita crueldad y son, de hecho, crímenes de odio contra las mujeres. También afirmamos que los femicidios se reiteran cuando el Estado no da garantías a las mujeres y no crea condiciones de seguridad para sus vidas en la comunidad, en la casa, en los espacios de trabajo, de tránsito o de esparcimiento. Más aún, cuando no se los investiga y quedan impunes. Desde la década de los 70’ las feministas parimos un lema propio: “lo personal es político, lo sexual es político”, para visibilizar las violencias que nos violentan a las mujeres por el solo hecho de serlo. Cuando una mujer es asesinada, ese femicidio tiene un significado político contundente para otras mujeres, pues paraliza su oposición a normas sexistas y tiene la función de controlar, disciplinar y castigar a las mujeres, desde el momento en que ocurre la ejecución de una mujer, hasta el tratamiento posterior por los medios de comunicación y los organismos encargados de impartir justicia. Las integrantes de la Casa de la Mujer Azucena Villaflor afirmamos que la violencia que se ejerce sobre las mujeres, cuando se tolera y queda impune, es un recurso disciplinador que refuerza el rol de objeto y no de sujeto de derecho de las mujeres. Por eso exigimos: - Esclarecimiento de los femicidios Bárbara Santos, Micaela Galle, Susana de Barttole, Marisol Pereyra y Sandra Gamboa.y de todos los ún no resueltos. - Políticas públicas contundentes que sancionen y condenen la violencia contra las mujeres. Es responsabilidad indelegable del Estado asegurar la asistencia y prevención de la violencia de género, así como disponer de los recursos económicos y humanos para la capacitación, fortalecimiento de los Servicios de Atención en sus distintas modalidades, y, dispositivos de protección que sean necesarios. - Acciones concretas y eficaces que desnaturalicen la violencia contra las mujeres. - Acciones jurídicas que castiguen a l@s responsables - Un compromiso social para que no se repita Como feministas gritamos los nombres de Liliana Tallarico Ana María Rossi Gabriela Spotti Cintia Saavedra Claudia Dozo Adriana Rodríguez Analía Escamochero Marcela Aravena Irma Bernarde Adriana Barreda Cecilia Barreda Elena Arreche Gladis Mac Donald Silvia Garriador Paula Polichinella Fabiana Morel Griselda Nair Pared Martínez Betty dos Santos Roxana Chen Fhu Yin Mónica Bauza Fátima Catan Angélica Pacheco Victoria Bertoa Tedeschi María, Soledad Canteros Saubidet Yamila Merani Alicia María Martina Santa Cruz Segovia Daiana Alfaro Aragón, Ana María Ángela María Guzmán Gabriela Cáceres Miere Cristina Soledad Mancini Todas ellas asesinadas aquí en La Plata. Por ANRed- E (redaccion@anred.org) | ||